Es de conocimiento de todos, que uno de los momentos cruciales dentro de la oración es la lectura de la Palabra de Dios, el escuchar y releer la cita bíblica que el hermano eligió, es de vital importancia, ya que es Dios quien nos toma como instrumento para transmitir su mensaje a nuestros hermanos. Pero te has preguntado ¿Qué tan necesario y trascendente es que tu respondas a esta Palabra?
Casi siempre nos suele pasar que cuando comenzamos a asistir a la oración en comunidad, nos apena o se nos dificulta dar una respuesta ala Palabra, escuchamos a nuestros hermanos, nos remitimos a leerla una y otra vez, en ocasiones decimos algo que entendimos y en otras de plano preferimos abstenernos de participar en esta parte diciendo, no entendí o mejor más adelante. Sí, la verdad es que cuesta trabajo romper el hielo, interiorizar y hablarle a Dios de aquello que él nos ha dicho a través de la Biblia, pero es muy necesario comprender que nuestro corazón debe abrirse y simplemente dirigir a Dios aquello que en ese momento sentimos, la frase que nos causa mayor impresión, es decir, responderle al Señor como cuando dialogamos con un amigo o alguien a quien le tenemos mucha confianza, y es que es así, El es nuestro mejor amigo.
No es necesario que tengas muchos conocimientos bíblicos o que hables muy rebuscado, dar una respuesta al evangelio es establecer un dialogo con Jesús, significa llevar el mensaje de la Palabra a nuestra vida, pensar qué es lo que me dice, qué significa tal o cual pasaje, cómo puedo yo realizar lo que Jesús me pide, es escuchar la voz de Dios y darle nuestra respuesta.
La práctica de lectura dentro del momento de oración puede ayudarnos a mejorar cada vez más nuestra espiritualidad. Existe lo que se la llama la Lectio Divina que es una lectura individual o comunitaria de un pasaje más o menos largo de la Escritura, acogida como Palabra de Dios y que se desarrolla bajo la moción del Espíritu en meditación, oración y contemplación.
Con la Lectio divina o Lectura orante se pretende suscitar y alimentar un “amor efectivo y constante” a la Sagrada Escritura, fuente de vida interior y de fecundidad apostólica(Cf Enchiridion Biblicum 591 y 567), favorecer también una mejor comprensión de la liturgia y asegurar a la Biblia un lugar más importante en los estudios teológicos y la oración.
Tomando en cuenta lo anterior es muy importante leer la Palabra de Dios en la Biblia y al estar en oración responder ante está palabra para llevarla a nuestra vida, pero como considero que el tema de la Lectio Divina es extenso y puede ser de gran utilidad a todos para crecer en nuestra oración personal y en comunidad, proximamente no se pierdan varios consejos que sería bueno ponerlos en práctica.
Graciela Gómez
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